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Café Crem patenta el método Mieludo, que aporta matices y dulzura al grano de forma natural y artesanal.

 

Una marca con una trazabilidad y estabilidad únicas que vela también por las condiciones de vida, educación y salud de sus trabajadores.

 

Del vivero en los países de mayor tradición cafetalera, con trabajo y mimo artesanal, a pie de plantación y supervisando todas y cada una de las partes del proceso de producción hasta llegar a la taza. Así elabora Café Crem sus cafés, que destacan por la dulzura que les aporta el método Mieludo, un proceso creado, patentando y aplicado por la marca catalana que permite disfrutar de unos matices únicos que solo pueden apreciarse con las referencias de Café Crem.

 

¿Puede un grano de café ser dulce sin azúcares externos añadidos? César Ros, maestro cafetero de Café Crem, un referente con dilatada experiencia en el sector, se hizo esta pregunta y no dejó de experimentar hasta dar con el método que le llevaría a la respuesta afirmativa: el método Mieludo.

 

El Café Mieludo implica un proceso artesanal de secado que consiste en dejar que los granos de café, una vez despulpados, se impregnen de su propia miel natural –denominada mucílago-, una capa gelatinosa que se encuentra entre la pulpa y el pergamino del grano de café. Mientras la mayoría de productores eliminan esta sustancia con el fin de evitar fermentaciones indeseables, Café Crem explota sus posibilidades haciéndola convivir con el grano para que penetre lentamente de forma capilar dentro del mismo, aportándole dulzura gracias a los azúcares que la componen.

 

Método Mieludo. Viaje del vivero a la taza

 

Y es que Café Crem método Mieludo es café de especialidad. Y es artesanía, trazabilidad y estabilidad. Unas características definitorias de la marca que son posibles gracias a un cuidado proceso de producción del café que se inicia en el vivero, donde después de desinfectar la tierra y limpiar y remojar los granos, se plantan en pequeñas superficies hasta que, entre 45 y 60 días después, germinan y son trasplantados a un recipiente mayor, en el que estarán 9 meses para a continuación pasar a la tierra, a las plantaciones de café donde se convertirán en cafetos productivos unos tres años después.

 

Con los cuidados necesarios, que principalmente se centran en el deshierbe, poda, abono y levantamiento de sombra –todos realizados de manera manual y cafeto a cafeto- las plantas adultas florecen en primavera y sus frutos maduran al cabo de nueve meses, momento en el que se lleva a cabo la recolección. La cosecha es otro proceso artesanal que Café Crem realiza de forma selectiva, fruto a fruto, recolectando solo los granos maduros con el mimo que requiere el producto excelso que se quiere conseguir. Los granos recolectados se verifican con una tabla de defectos, un método rudimentario que garantiza la calidad de los frutos recolectados. Y a continuación entra en juego el rasgo más diferencial de Café Crem: el juego con la fermentación y las bacterias que dará como fruto el Café Mieludo.

 

Para conseguir el Mieludo, los granos seleccionados se sumergen en agua durante 16 horas, activando así la fermentación. Transcurrido ese tiempo, pasan por una máquina despulpadora que separa la piel de la baya, haciendo posible que el mucílago siga en contacto con el grano en la siguiente fase: el secado. Café Crem seca sus cafés durante 30 días a la sombra en camas africanas, donde se remueve manualmente cada treinta minutos, y pasado este período se procede al secado al sol, que se dilata entre uno y dos días en función de diversos factores como la climatología.

 

Después, los granos secos llegan a la factoría, donde se coge una muestra para hacer un control físico y organoléptico de cada lote, una cata que define sus características y calidad. Seguidamente el café pergamino es descascarillado, procedimiento que se realiza mediante métodos mecánicos, así como una primera clasificación por tamaño y otra por densidad. La clasificación manual ultima el proceso, eliminando los granos que puedan tener defectos y dando como resultado el café oro, el grano limpio que culmina la producción de Café Crem.

 

Se pone de manifiesto, así, que el proceso de producción de Café Crem garantiza una estabilidad y una trazabilidad difíciles de encontrar en el mercado, ya que controlan de principio a fin todas las partes que lo conforman. Y cuidan sus plantaciones como si de un jardín botánico se tratase, primando la calidad ante la producción, como buen café de especialidad que es.

 

Responsabilidad. Mucho más que café

 

Todos los trabajos que comportan las diferentes fases de producción de Café Crem son realizados por trabajadores y trabajadoras locales o bien de países colindantes. En todos los casos, Café Crem adquiere un compromiso social que garantiza un contrato, vivienda, asistencia médica y educativa para los  trabajadores y sus hijos.

 

El Fondo de Salud y Educación para los trabajadores de sus fincas es el fiel reflejo de esta voluntad de velar por una mejor calidad de vida y trabajo. Gracias a su activación, se han conseguido instalaciones y material para las escuelas y mejoras en las infraestructuras, como la canalización del suministro de agua. Además, posibilitan que todos los hijos de sus trabajadores estén escolarizados, que ningún menor de 16 años trabaje y se encargan de la regularización de la situación legal en el país de todas las personas que forman parte de su plantilla.

 

Cabe destacar también el compromiso medioambiental y en pro de la recuperación de la tradición cafetera de Café Crem. En regiones como República Dominicana tuvo que luchar contra la roya, una plaga que en 2011 arrasó con los cafetos como lo hiciera la filoxera con la vid en Europa. En la actualidad, ha logrado controlar su incidencia y ha recuperado terrenos y plantaciones de café, dando así una nueva oportunidad a unas tierras que fueron líderes en la producción de café y que hoy todavía importan este producto para el consumo interno.

 

Café Crem, presente en los países de mayor tradición cafetalera

 

Con cerca de 70 años de experiencia, los expertos cafeteros de Café Crem seleccionan y auditan fincas, algunas de las cuales son de su propiedad, en República Dominicana, Nicaragua, India, Indonesia, Vietnam, Brasil y Colombia, países productores de café en los que tiene plantaciones que supervisa minuciosamente controlando la evolución de la planta del café, cafeto, desde su plantación hasta su recolección y posterior procesado, única garantía para conseguir una calidad estable y permanente del café en la taza del cliente.

 

El proceso que sigue Café Crem para la adquisición de sus fincas pasa por la selección de las mismas, marcada por los requisitos de un cultivo máximo de tres variedades botánicas, secado al sol para asegurar el proceso natural, asegurar las condiciones sociales de los trabajadores, garantizar un compromiso de buenas prácticas ambientales y una garantía de reposo de 90 días del café antes del embarque hacia los lugares de consumo final. Una vez identificadas, se visitan y auditan estas fincas, comprobando las propiedades de la tierra y el clima, el análisis de la calidad del café, el control y la correcta gestión de la producción en la finca, y de nuevo el cumplimiento de las condiciones sociales y ambientales. A continuación, se procede a la compra y se sigue un estricto control de calidad sin perder de vista en ningún momento el objetivo de asegurar la estabilidad del café en la taza.

 

Trazabilidad garantizada

 

Además del método Mieludo, Café Crem reivindica que la selección del café de las fincas de origen es el secreto para conseguir el mejor producto final, ya que permite controlar directamente sus cosechas, la recolección y todo el proceso de producción.

 

La importancia de garantizar una calidad estable y permanente en la taza del cliente atiende a cinco elementos, que a su vez conforman la filosofía de la marca: conocimiento y cuidados específicos de cada especie botánica (la Robusta y la Arábica son las principales); altitud de la plantación; factores climáticos como la pluviometría, temperaturas máximas o vientos; condiciones edafológicas del suelo como el relieve o la composición de la roca, que determinarán el ecosistema cafetero y las cualidades organolépticas del producto resultante; y hábitos culturales cafetaleros: cuándo se realiza la recolección, bajo qué condiciones, tipo de riego de la finca, número de cafetos por hectárea, insolación de la planta o tipo de recolección.

 

Sobre Café Crem

 

Café Crem es uno de los tostadores históricos de España. En 1950 inició su andadura en Barcelona y, desde entonces, nunca ha dejado de producir un café de gran calidad. En la actualidad pertenece al Grup de Distribució Costa Brava, con sede en Sils (Girona).

 

El Grup de Distribució Costa Brava nació en 1988, cuando un conjunto de empresas líderes de distribución de bebidas del canal Horeca se agruparon para efectuar sus compras conjuntamente. En 1991, fruto de esta unión nace el Grup de Compres Costa Brava A.E.I., germen del actual grupo, poseedor de una de las infraestructuras de distribución más importantes del canal, con 37 centros de distribución en España.