Skip to main content

Comer es un placer, y más con tiempo y buena compañía. Víctor Ferrer, responsable de la reinvención del Betlem como bar de tapas después de más de un siglo como tienda de comestibles, evoluciona su cocina del platillo al plato en este nuevo espacio.

 

Diseñado y conceptualizado para ofrecer una experiencia con personalidad, Bicnic propone una escapada con dos fórmulas: FAST y SLOW. Decide en función de tu tiempo.

 

Normalmente te desplazas caminando, en bici o en transporte público, pero has cogido el coche imaginario para escaparte pero sin salir de Barcelona. Quieres relajarte, comer bien y desconectar. Sin ruidos, desenfadadamente pero con calidad, en una atmósfera que te extraiga y te acomode tanto para comer en plan rápido como para cuando puedes alargarte con una buena sobremesa. Acabas de entrar en Bicnic, la nueva propuesta del equipo del aledaño bar de tapas Betlem y el estudio de diseño Toormix con la sensación de haber viajado fuera de la ciudad. El asfalto recuerda que sigues en la carretera, que te has parado en el camino. Decides: ¿Sólo paras a retomar fuerzas o tienes tiempo para más? Bicnic declina su oferta en formato, precio y tiempo, mediante dos cartas de conexiones internacionales y producto local. Entra, comparte, disfruta y desconecta de la ciudad en esta nueva propuesta de Barcelona, como si hubieses salido a hacer un picnic.

 

Un restaurante bicéfalo, un dos en uno. Bicnic representa el asentamiento de un nómada, la evolución natural del food truck Bicnic que -con el mismo nombre- surca carreteras y calles ofreciendo propuestas gastronómicas para comer de a pie. El nuevo espacio Bicnic es un restaurante a dos velocidades: FAST y SLOW, ambas nutridas por una misma cocina donde el chef Víctor Ferrer propone y dispone según velocidad y temporada. Parte del imaginario culinario colectivo para diseñar un recetario propio y combinar sabores más o menos conocidos, mezclando técnicas de preparación e ingredientes mediterráneos pero también exóticos, que nos abstraen y nos ayudan a descubrir y disfrutar de cada plato.

 

El recorrido, las luces, los materiales y los detalles de la decoración llevan la firma del arquitecto Narcís Font y el soporte creativo de Toormix, un espacio con el que se pretende recrear un viaje desde la ciudad a un entorno natural. Un viaje que empieza en la barra FAST de estética más informal y que simboliza un área de descanso, un pedazo de urbanidad antes de llegar al campo, al bosque mediterráneo, un entorno natural en el que se ubica metafóricamente la zona SLOW.

 

FAST, un alto en el camino

Estás en marcha y quieres parar un rato para reponer fuerzas antes de continuar, pero no dispones de demasiado tiempo. Paras en tu día a día, ya sea entre horas o bien después de trabajar, pero no quieres gastar todo tu tiempo. Para ese alto en el camino, acomódate en algunas de las dos barras que Bicnic ofrece en la entrada, a pie de “carretera”. Es el espacio FAST, donde Víctor dispone una oferta de raciones y platos de fácil consumo, que podrás maridar con alguna de las cervezas de tanque, barril o botella, una selección de vinos por copa con más de 10 referencias o bien con cualquiera de las botellas de la bodega.

 

Costillas de cerdo hoisin con ensalada de apio nabo y coconesa que se deshace en el tenedor; los Rollitos “X-Nem” de cordero al estilo vietnamita y con vinagreta de mango; el sorprendente Fish & Chips de pescado de costa marinado, ostra del Delta del Ebro en tempura y chips vegetales, o el Súper Ravioli de jarrete de ternera sobre un caldo de shiitake que hará que el descanso se alargue unos minutos más. Y, claro está, la Patata brava con una salsa del Betlem, un clásico para picar. No podía faltar tampoco su versión de la Burger, una mezcla de carne de txuletón y carrillera en un pan de cerveza convierten a este plato en una vuelta más de tuerca a nivel gastronómico que sorprende por su sabrosidad y combinación. Y otros muchos platos que descubrir, como la pasta artesanal, las ensaladas, los bocadillos o los elaborados postres en divertidos y sorprendentes vasos.

 

Es cocina de producto y de ingredientes, que se irán modelando por temporada, una cocina que apuesta también por platos vegetarianos con una tosta de berenjena sobre pan de centeno. Ésta, todas, propuestas ágiles servidas en divertidos platos pensados para que elijas el que más te apetezca según el momento. Toda la carta de FAST está dispuesta para take away, para que te montes tu Bicnic donde quieras, por si quieres parar en otra parte, pero comer comida de verdad, comer bien aunque tengas prisa.

 

SLOW, el destino donde evadirse

La experiencia sigue hacia la zona SLOW, con una propuesta más experiencial y sosegada que en el FAST, en un espacio que recrea formal y metafóricamente un paisaje mediterráneo. Un entorno lleno de árboles y con vistas a dos de las montañas más características de Catalunya. El Pedraforca y Sant Llorenç de Munt aparecen en Bicnic sintetizadas en sendas siluetas iluminadas, respectivamente, por una fina y tenue luz y mediante un cristal que se superpone como cuando miras al infinito. Materiales que recrean un exterior tanto a nivel de material como a través de los diversos elementos que en él conviven –como el mobiliario de exterior–, y que finalizan a pie de calle con un pequeño jardín de plantas naturales. Al inicio del SLOW se encuentra la mesa icónica de picnic, una mesa destinada a grupos y que preside una de las zonas más cálidas y originales del espacio.

 

Bicnic es un restaurante donde el complemento toma tanta importancia como el ingrediente principal. Sobre distintas mesas cuadradas de madera al estilo camping, sin mantel pero con la cubertería necesaria y una selección de vajilla cambiante, Víctor Ferrer y su equipo dan rienda suelta a su experiencia de fundamento clásico –Víctor estudió en la École Hôtellière d’Avignon y se formó junto a Alain Ducasse o Santi Santamaría– pero con toques de innovación, evolucionada y viajada.

 

Tabla de porchetta rellena de shiitake y asada al horno, servida con un bol de ensalada, mayonesa de miel con mostaza y la piel tostada y troceada; el Tiradito de lomo de atún de granja sostenible con leche de tigre, erizo de mar, boniato y crema de aguacate; el Steak Tartar de vaca y anguila servido sobre el tuétano del hueso horneado; la Carrillera de ternera braseada y servida con salsa de fricandó de boletus, salteado de setas y puré de tupinambo; la aleta de raya a la plancha con allioli de ajo negro sobre un suquet de pescado de roca, o el calamar relleno de buey de mar sobre un caldo denso de bacalao; los Huevos fritos ecológicos con burrata y erizo de mar, entre muchos otros. Además también aquí podrás degustar los platos que se cruzan entre FAST y SLOW como el super ravioli, los rollitos X-Nem, las ensaladas de Bacalao o la de pollo al estilo cesar.

 

Postres, sugerencias y fórmula mediodía

Los días laborables entre semana se puede pedir la fórmula mediodía en el SLOW, la versión Bicnic del menú diario que se compone del plato de la carta que te apetezca acompañado de una ensalada o una crema que puede ser fría o caliente, bebida y postre o café por un pequeño extra sobre el precio del plato seleccionado.

 

Capítulo aparte son los postres, todos ellos comunes con los postres en vaso del FAST pero aquí emplatados. Postres como la Nieve de Naranja con flor de azahar, granada “frizzante” y helado de spritz; el Cremoso de Chocolate negro con nata especiada, o el Limón Pelado, un sorbete de piel de limón con merengues de tomillo limonero y espolvoreado de flor de Sichuán. Un toque dulce con el que culminar la comida antes del café o las copas, en la que se incluye una carta de cocktails propios.

 

Bicnic supone una propuesta original pero comprensible, equilibrada y               que cambia y se amplía con sugerencias para que tus escapadas no sean temáticas. Nadie dijo que un picnic debía ser rápido, ni no gastronómico. El coche imaginario lo has dejado aparcado fuera. Vuelves a la realidad y recuerdas que estás en el Eixample, con la boca del metro a diez metros. Te habías evadido. Era el objetivo.

 

Una escapada culinaria y decorativa

Construido sobre la idea del «picnic gastronómico», Bicnic es una escapada de la ciudad, una salida a la naturaleza, a los paisajes de nuestra memoria. Un viaje donde, rememorando la idea de un «picnic» en la montaña o en una parada en el camino, compartimos una comida acompañados de amigos o familiares. Un momento en el que disfrutar de forma divertida y distendida enriqueciéndonos gastronómicamente y donde evadirnos del tráfico de las calles de la ciudad.

 

El proyecto arquitectónico respira esta idea y la desarrolla a través del interiorismo. El arquitecto Narcís Font y su equipo, junto a la colaboración de Toormix, han transformado el espacio en un recorrido que juega con la idea de salir de la ciudad, avanzar por una carretera y finalmente llegar a una zona verde que simula un paisaje. La zona de entrada, de contacto, es la barra FAST, en un espacio urbanita, con materiales más informales que juegan con la madera y donde encuentrarás una valla de autopista con su publicidad.

 

Como más te adentras, los materiales son más y más metálicos y las proporciones nos muestran unos ritmos más repetitivos. Esta zona intermedia es la carretera, la que también da acceso a la cocina. Si seguimos hacia el interior llegamos finalmente al SLOW. El pavimento cambia y las formas se vuelven más irregulares, casi arbóreas, una abstracción de un bosque donde hacer un picnic. Nos rodean siluetas de montañas y luces suspendidas que provocan claros y sombras.

 

La experiencia global juega a estar en un exterior a pesar de estar en un interior y, al mismo tiempo, está lleno de detalles que se van descubriendo poco a poco. Desde el bosque más frondoso que se despliega en la zona de baños hasta dos grandes murales que simulan enormes paneles publicitarios como los que te puedes encontrar en cualquier carretera de nuestro paisaje. En este sentido, destaca un gran cartel con la frase «Vive rápido pero come bien», pura actitud en el FAST y una fotografía de gran formato del reconocido fotógrafo catalán Txema Salvans (txemasalvans.com) en el SLOW donde se puede ver una pareja disfrutando de un picnic improvisado enfrente de una central de gas.

 

El local tiene forma de “u” donde sólo entramos por una de las puntas y a través del cual salimos de la ciudad y empezamos el viaje. Asimismo, cuanto más nos alejamos de la ciudad más cerca volvemos a estar de ésta. Para evitar este contacto directo, se guarda un espacio almohada retrasando la fachada y creando un pequeño bosque esta vez literalmente con plantas y árboles típicos mediterráneos en el suelo. Así se explica que el mundo puede moverse más despacio, de una manera más humana y que la ciudad puede renaturalizarse.

 

Víctor Ferrer, el chef

Formado en la École Hôtellière d’Avignon y desarrollado profesionalmente en diversos establecimientos de prestigio -muchos de ellos tri-estrellados Michelin- como el Racó de Can Fabes de Santi Santamaria, el Plaza Athénée de París con Alain Ducasse o el Sant Celoni en Madrid, entre otros. Víctor es un chef apasionado por el producto, que busca siempre su máxima expresión empleando las más diversas técnicas de cocción y de preparación en sus propuestas y recetas. Una visión que traslada completamente al Bicnic junto a su equipo de cocina.

 

Idea y orígenes Bicnic

Bicnic es un proyecto creado por el equipo del gastro-bar Betlem y el estudio de diseño Toormix. Dos equipos y dos procesos creativos diferentes que combinan a la vez gastronomía y diseño. En Bicnic combinamos la experiencia profesional y la creatividad del equipo liderado por nuestro chef Víctor Ferrer con la visión de la agencia de diseño Toormix, que aporta valor a la definición de la experiencia, del servicio, de la conceptualización, del food design y de la estrategia global de marca.

 

Betlem es un bar de tapas situado en la parte derecha del Ensanche barcelonés que une modernidad e historia trascendiendo el nombre original del local fundado en el año 1892. Toormix es un un estudio de diseño creado en el año 2000 en Barcelona por Ferran Mitjans y Oriol Armengou, que utiliza el pensamiento creativo y el diseño para crear experiencias de marca innovadoras a través de soportes físicos, digitales o espaciales con un claro enfoque en las necesidades del usuario.